"Claro que he comido gente, cualquiera puede comer carne humana, pero hay que lavarla y condimentarla bien para evitar enfermedades." - Dorángel Vargas.
En Venezuela, un país con pocos asesinos en serie, Dorángel Vargas no lo tuvo difícil para convertirse en el nuevo "coco". Este hombre, que al parecer no estudió más allá de sexto de primaria, vivía debajo de un puente en un parque y se dedicaba a cazar a sus presas humanas con la ayuda de un tubo de hierro. Cuando, en 1995, descubrieron los restos (los pies y las manos) de un pobre señor llamado Cruz, su amigo Antonio declaró como testigo en el juicio que encerró a Dorángel Vargas en el Instituto de Rehabilitación Psiquiátrica de Peribeca. Allí pasó dos años hasta que se decidió que ya no representaba ningún peligro para la sociedad y fue liberado. Vargas, alias "el comegente", no tardó demasiado tiempo en encontrar a Antonio y a cerca de diez personas más, y comérselas salpimentadas a su antojo. En 1999 alguien descubrió una gran cantidad de huesos humanos enterrados muy cerca de donde vivía Dorángel, y tras una confesión sin arrepentimiento aparente, "el comegente" fue encerrado en la Dirección de Seguridad y Orden Público del Estado de Táchira.
Pero este hombre no comía por comer, sabía lo que se hacía y tenía sus recetas personales. Al parecer prefería el sabor de los hombres al de las mujeres porque, según decía "Estos son más sabrosos. Las mujeres son dulces. Es como comer flores y te dejan el estómago flojo". También tenía sus preferencias en cuanto a las partes del cuerpo a ingerir, "yo sólo me como las partes con músculos, particularmente los muslos y las pantorrillas. Con la lengua hago un guisado muy rico y los ojos los utilizo para hacer sopa". Pero la culpabilidad no era ningún problema para él ya que,"No me arrepiento de nada, como dice la iglesia, yo compartí mi pan con el prójimo y muchos me alabaron por el relleno de mis empanadas. Por necesidad me he metido en esta vaina. No me arrepiento, al contrario, me alegro porque me gusta la carne. Lo único que no me da apetito son las cabezas, manos y pies de los seres humanos pero me los comía en sopita cuando me daba hambre". Añadimos con esto a un nuevo incomprendido social, en este caso gastronómico, a nuestra lista.
Enlaces de interés:
http://www.users.on.net/~bundy23/wwom/vargas.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Dorangel_Vargas